¿Puede el cerebro sentir dolor?
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La pregunta en sí no es sencilla, porque, aunque el cerebro no tiene receptores de dolor. Sin embargo, las meninges, el periostio y el cuero cabelludo tienen receptores del dolor. Así que, técnicamente, el cerebro no puede sentir el dolor, por lo que la cirugía se realiza en él, incluso cuando el paciente está despierto. El cerebro es el instrumento de percepción del dolor. Por poner un ejemplo, supongamos que estás caminando descalzo por una habitación y pisas un Lego, tus receptores especiales del dolor se activan y un impulso viaja a través del cuerpo extraño hasta la médula espinal y de ahí hasta el cerebro. Y esto ocurre en una fracción de segundo.
El dolor es un complejo sistema de advertencia. Por ejemplo, si te tropiezas con un dedo del pie, el sistema nervioso periférico envía una señal al cerebro, que decide el grado de peligro que supone. Si decide que la señal es digna de atención, aumenta la cantidad de dolor hasta que se resuelve el problema, pero si no es digna de atención, el dolor simplemente se silencia. El sistema funciona bien para el dolor agudo, como el de un dedo del pie, pero para las afecciones crónicas como el daño del cartílago articular, donde no hay una solución rápida para la pérdida de cartílago en una rodilla, por ejemplo, la parte del cerebro que recibe y envía las señales se vuelve mucho más sensible con el tiempo. Los científicos afirman que cuanto más dolor procesa el cerebro, más preparado está hasta estar en alerta constante.
El poder de las emociones Los "circuitos" de las emociones y el dolor se solapan en el cerebro. Las redes neuronales compartidas son lo que la naturaleza llama "vías ahorradoras" porque permiten al cerebro procesar múltiples emociones a la vez. De hecho, las emociones negativas son al dolor lo que la gasolina echada al fuego es al dolor, porque no sólo empeoran el dolor, sino que, en algunos casos, son la causa de este. De hecho, por supuesto, lo contrario también es cierto. Las emociones positivas también pueden reducir el dolor. Los enfermos de dolor crónico han demostrado que cuando no están emocionalmente a tope, están menos motivados para hacer ejercicio o socializar con los amigos. De hecho, estas actividades son esenciales para cambiar los patrones de dolor, ya que ayudan a romper el patrón de apego al dolor y desencadenan la liberación de endorfinas para sentirse bien y de los opioides naturales del cuerpo.
En resumen, por lo tanto, la experiencia del dolor se genera en el cerebro por la información de nuestro sistema nervioso, otros sentidos, los conocimientos existentes, las experiencias previas y el contexto general, los estudios han demostrado que el dolor y la emoción se procesan en la misma parte del cerebro, por lo que existe una estrecha relación entre el sentimiento emocional y el dolor.
Para más información, consulte los siguientes sitios:
https://www.arthritis.org/health-wellness/healthy-living/managing-pain/understanding-pain/pain-brain-connection
https://www.royalcornwall.nhs.uk/services/pain/pain-management-service/how-are-pain-and-the-brain-related/
Información recopilada por: Dezső Sándor.