Se parecen a los humanos
Uno de los rasgos más visibles de nuestra personalidad es nuestro rostro. Curiosamente, los gemelos idénticos tienen rasgos faciales y secuencias de ADN idénticos, pero pueden diferir en otros parámetros biométricos. Con el auge de Internet, la posibilidad de intercambiar fotos de personas de todo el mundo ha hecho posible que nos identifiquemos como gemelos virtuales con personas con las que no estamos emparentados.
Pero los parecidos no sólo se parecen, sino también comparten características de comportamiento. Esto puede entenderse como que, en un alto porcentaje de casos, pueden compartir hábitos comunes como el de fumar, y también rasgos como la forma de responder a la educación, por ejemplo.
Sin embargo, los científicos también estaban interesados en saber si el fenómeno de los dopplegangers tenía una base científica. Así que el equipo, reclutado a partir del trabajo de un fotógrafo canadiense, François Brunelle, que documenta los dopplegangers desde 1999. Estas 32 parejas de candidatos completaron pruebas biométricas, cuestionarios sobre su estilo de vida y sometieron su ADN salival a un análisis genómico. Se demostró que 16 de las parejas se encontraron en los tres programas de reconocimiento facial utilizados, y el análisis genético también mostró que 9 de las 16 parejas compartían diferencias genéticas. El estudio también destacó que la similitud no se extendía a los rasgos faciales, sino también a otras características como la altura y el peso.
Así que, en resumen, los resultados en general sugieren que la variación genética compartida no solo esta relacionada con una apariencia física similar, sino que también se extiende a los hábitos y comportamientos compartidos.
Los resultados podrían proporcionar una base molecular para futuras aplicaciones como la biomedicina, la evolución y la medicina. Y en la ciencia forense podría ser útil porque podría utilizarse para crear estrategias bioinformáticas que permitan encontrar un rostro a partir del ADN utilizando los genomas de personas desconocidas. En medicina, podría ser de gran ayuda para inferir el genoma de una persona a partir del análisis facial y, por tanto, podría utilizarse como herramienta de cribado preliminar para detectar la presencia de mutaciones genéticas asociadas a enfermedades y aplicar estrategias de prevención temprana.
El estudio revela marcadores genéticos fundamentales para el desarrollo de la nariz, los labios y la boca, y determinantes completamente nuevos de la estructura ósea y cutánea que dan al rostro sus rasgos distintivos. Sin embargo, los marcadores ambientales como el epigenom o el microbioma son más distintivos entre los parecidos, por los que las diferencias entre los parecidos pueden deberse a la composición del microbioma y a las sustancias químicas que regula la misma secuencia de ADN. Esto significa que, dado que la población actual el 7.900 millón de personas, es más probable que se produzcan repeticiones similares. En otras palabras, el análisis de poblaciones más grandes proporcionará más variantes genéticas que comparten estos pares, lo que significa que podría ser útil para aclarar la contribución de otras capas de datos biológicos que definen nuestro rostro.
Hechos recogidos por Dezső Sándor